El Centro Oro es una institución dedicada desde casi treinta años a la problemática de la Salud Mental en todos sus aspectos: asistencia, prevención, docencia e investigación.
La tarea en Salud Mental supone una actitud interdisciplinaria e integrada con lo social y los ecosistemas. Desde el tronco de una psiquiatría, integrada en la medicina general, un psicoanálisis amplio y una psicología clínica insertada en lo social, es que venimos desarrollándonos. Esta experiencia se vio enriquecida con una docencia interdisciplinaria que permitió y permite seguir pensando en resonancia con las nuevas concepciones sobre la realidad. Si bien nuestra visión de la tarea abarcó todas las especializaciones, fueron algunas donde hemos hecho específicos aportes como en adolescencia, adopción, trastornos de la alimentación, drogadicción, familias y parejas, comunidades terapéuticas, delincuencia juvenil, talleres en tareas preventivas, desarrollos en psicoanálisis y otras actividades que fueron plasmando nuestro compromiso.
Luchamos dentro de un ambiente donde la prestación de servicios se ha comercializado de tal manera que se desvirtuó el objetivo final, que es el bienestar individual y grupal.
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La invasión del vínculo terapéutico por el economicismo y divisiones teóricas y técnicas, hacen para nosotros un desafío. Somos concientes de que cualquier método o fin lucrativo está supeditado en la práctica clínica a los requerimientos que el malestar de los hombres nos convoca.
El Centro Oro, tradicionalmente, ha respetado todas las corrientes y teorías que nos permitan mejorar nuestra tarea.
 Por eso la gran variedad de nuestra experiencia y amplitud de intereses en el campo de la salud. Estas son para mí las claves de una institución que sigue transformándose desde 1972 sin perder identidad: funcionar abierta en el tiempo y el espacio. En el tiempo: arraigada al pasado, comprometida con el presente y proyectada hacia el futuro. En el espacio: flexibilizando las fronteras ideológicas y culturales al cuestionar todo intento de identificar nuestras propuestas con la verdad. Este clima institucional nos ha permitido trascender el ideal de la cura a través del campo de la ética. Allí no hay verdades idealizadas ni conceptos determinantes, sólo caminos, senderos en donde co-creamos un futuro más saludable. |
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