Octavio Fernández Mouján - Psicoanálisis Abierto  
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Diccionario de términos

     
 
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ACONTECIMIENTO Acontecimiento es el resultado de una ruptura en la evolución de un suceso donde el hecho es deducible de lo anterior y de la estructura determinante. Rompe con la predeterminación y crea un contexto creativo donde la imaginación creativa da un sentido singular al suceso. Como hecho fáctico, el acontecimiento no es deducible, sino único y provocativo de decisiones que reordenan la linealidad del suceso.

ANHELO DE SER Al aceptar como única experiencia, la demarcación primaria, entre sujeto-objeto, Yo-otro, dejo sin existencia la unidad fundante de la identidad. Esta unidad está fuera del espacio-tiempo. Puro presente alcanzado cuando podemos suspender el Yo.

Puedo suspender el Yo cuando no se acepta como única la experiencia de demarcación primaria; sino también acepto como posible la experiencia sin fronteras de la identidad grupal. El "todo tiene que ver con todo" es la experiencia primaria sin separación y oposición. No hay identificación, sólo vivencia de participación de un contexto totalizador, donde no hay pasado (al incluir el origen) y el futuro está relativizado al asumir la muerte como posibilidad real. Vivir el presente como experiencia única y creativa nos ubica en la posibilidad de ser-todo.

El anhelo de ser nos saca de toda demarcación Yo-otro. Es el ser que se manifiesta como tal ante la resistencia de un mundo material objetivo. Esta resistencia ante la materia nos hace tomar conciencia de lo que soy ante todo, más allá de todo opuesto. Resistencia no es oposición, es conciencia de diferencia, de singularidad, de subjetividad abierta a una experiencia posible de ser con, ser con es una conciencia sin oposición, la cual se abre a ser con todo sin límite pues no hay oposición. Anhelo de ser es, ser más como posibilidad. Requiere una condición la suspensión del Yo (desprendimiento de toda relación) que nos arroja a una experiencia vital de fluir siempre a más, sin perder la conciencia de ser uno.

Experiencia originaria o naciente de conciencia ampliada: identidad totalizadora de ser con posibilidad de más. Anhelo de ser no supone otro sino todo.

AUTENTICIDAD-VERDAD La autenticidad se ha instalado en el lugar de la verdad objetiva, que hoy la conciencia cuestiona. La verdad objetiva nos da la ilusión de la conciencia-percepción-atención, del Yo. Satisface y calma la necesidad de un objeto. Está ligado a lo instintivo-animal que somos. Es una conciencia global participativa de la vida que transmitimos. No es conciencia atención sobre un objeto que nos calme, es el diálogo interno o con el otro que nos entrega paz.

Ser auténtico no es ser perfecto sino tomar la perfección como camino no como objeto identificable que ambicionamos. Al actualizar lo logrado en esa experiencia participativa, se es más uno mismo antes que tener algo para conformar el Yo o Súper-Yo. Cuando perdemos objetividad, la verdad cede su lugar a la autenticidad. La imaginación creativa es auténtica. La libertad chamánica se basa en lo auténtico, no hay pretensiones de exactitud y verdad. Cuando perdemos libertad en la vida pública y moral, el valor auténtico se transforma en intimidad. Vida interior es donde mora el sentimiento de identidad. Toda intimidad presupone otro, no es aislamiento. Intimidad de persona que participa de la comunidad. Va a la comunidad y vuelve al Yo-otro para transformarlo en conocimiento afirmativo de lo vivido. Me asumo.

El fundamento de la ley moral puede estar en sí misma (razón de su propia legalidad) Kant. Puede estar en otro objeto-sublimar. Pero puede no tener fundamento, sólo la experiencia viva participativa. Esta experiencia se da dentro de un campo de valores, donde el respeto con el otro (ética) inspira auténticamente una respuesta lo mejor posible ahora.

CAMBIOS DE ACTITUD El retorno que sistemáticamente realizamos al Yo en relación con los objetos, tiene tres caminos posibles. O es un retorno a los mismos objetos a los cuales el Yo está ligado por lo afectos (compulsión a repetición), o es el retorno a otro objeto perdido previa elaboración (duelo), o es el retorno al mundo de los objetos luego que el Yo fue suspendido privilegiando el encuentro desde el "nosotros" (crisis vital).

Hemos definido crisis vital como "valorización de objetos-objetivación de valores". Es decir que una crisis vital tiene que desapegarse de todo objeto para alcanzar el campo de valores, que por no ser de nadie son de todos. Campo que por no privilegiar los objetos, carecen de toda estructuración que lo determina. Por lo tanto la realidad, ante todo, es vivida por lo que soy, no por lo que tengo.

Cuando hablamos de cambio de relación, nos referimos a cambios de objetos con los que nos ligamos afectivamente sin cuestionar el mundo estructurado como dado. Este cambio necesita elaborar el abandono libidinal de lo conocido para disponer la relación libremente hacia un nuevo objeto que cambie la estructura que lo determina. Cuando hablamos de cambio de actitud nos referimos al retorno del Yo, a los objetos con los que se relaciona, pero transformado. Para realizar este cambio de actitud fue necesario transformar la crisis relacional en vital, abandonando el Yo a la experiencia participativa del Nosotros unido por los "valores".

La vida vivida durante esta experiencia solidaria en torno a un sentimiento de identidad grupal permite el retorno del Yo a los objetos más flexibles a los determinismos permitiendo ser más con los demás (anhelo de ser) y no quedarse ligados egocéntricamente a un nuevo deseo de tener aunque sea sublimatorio.

Todo cambió

Nada cambió

Sólo la actitud

Este dicho de A. de Melho sintetiza un cambio de actitud más allá de las estructuras. Las cosas no determinan tanto pudiendo darles otro sentido: la búsqueda de ser con los demás sin dejarse el Yo agotar por el deseo de tener.

CAMPOS La visión de la ciencia ha hecho a la materia evolutiva y creadora. Esto aporta un animismo particular a la materia que deja de ser pasiva y estable. El "alma" universal es desde esta perspectiva la vida cósmica en "fusión de su destino final". Universo como organismo vivo incluye lo biológico y lo psíquico, esta en permanente evolución es la realidad (x) dándose.

Esta energía (x) cósmica puede adoptar cualquier forma desde un campo de in-formación. Campos sin estructuras (formas) previas pero que organizan nuevas formas modeladas en función de su destino final y no en función de cómo se los impulsa.

Campo es un tiempo sin espacio pero con energía que circula. Es la dimensión libre y espontánea de la naturaleza que rompió con la materia como fundamento organizado. En los campos el caos indeterminado va encontrando sus nuevas formas, las cuales al ser creadas transportan hábitos o tradiciones que sirven de guías (Seldreike). En nuestra teoría lo ligamos a "la imaginación creativa" (x) como forma creada que intuye el sentido de la evolución como autosuperación. En estos "campos" hemos incluido los valores éticos y la inteligencia solidaria (x), los dos grandes orientadores de la psicoterapia entendida como crisis vital. La razón la encontramos en esta frase de M. Eckhart: "puedo estar más cerca de alguien que amo aunque estemos lejos físicamente", el amor como valor trasciende espacios.

"Campos" lo diferenciamos de estructura, relaciones de objetos, inconsciente colectivo, la realidad material dada. Está más allá del lenguaje y de todo objeto, lo experimentamos por participación, lo vivimos no lo observamos.

CONTEMPLACIÓN Contemplar no es observar, por lo tanto no objetiva, ni identifica, ni relaciona. Pero si no es observar, ¿qué es? ¿cuál es su lógica? Si dejo de observar o pensar una realidad a priori sólo vivencio la experiencia como una totalidad en la que estoy incluido. Por lo tanto no puedo inducir de lo particular a lo general ni deducir lo general de lo particular, sólo puedo intuir el todo en la parte.

Al contemplar liberamos al tiempo del pasado, todo con todo ahora. Ni se repite el pasado por más traumático que sea, ni quedamos adheridos a ningún objeto de deseo. Sólo contemplando alcanzamos esta "temporalización del espacio" (Prigogine), silencio que hace todo posible. Si dudamos de lo percibido y de lo que pensamos hasta sus últimas consecuencias, alcanzamos la contemplación gracias a la duda existencial.

CRISIS VITAL La palabra crisis viene de la sociología, la psicología social, y se incorpora en la psicología clínica y el psicoanálisis como "crisis relacional". Es decir, lo que entra en crisis es una estructura previa, ya sea por cambios en los ciclos de la vida -crisis evolutivas- o por hechos que cambian bruscamente lo establecido -crisis accidentales- o provocadas por nuevas propuestas a lo ya conocido cambios de paradigma o en las relaciones grupales. Dentro del psicoanálisis se profundiza este concepto con el concepto de duelo, como crisis en las relaciones de objeto que movilizan un trabajo del Yo para elaborar lo perdido y orientan la libido hacia nuevos objetos ideales (sublimación). Esta introducción es necesaria para diferenciar términos que, de no hacerlo, nos enfrentarían a un problema meramente semántico. No sería la primera vez que de esta forma anulemos un pensamiento distinto.

Cuando propuse hace años el término "crisis vital" fue para representar una experiencia clínica diferente a un cambio relacional, consistía en poner en duda toda estructura previa. Para ello era condición necesaria suspender el Yo, de todo lo pensado y percibido, experiencia límite, indeterminada, donde lo vital aparece como energía posible, no determinada por ningún deseo pulsional o ideal. En esta experiencia el terapeuta vive un momento participativo donde su conciencia se amplía de tal manera que le permite constituirse como sujeto abierto a una realidad no acotada, donde todo tiene que ver con todo y en plena expansión, como la vida. Transformar cualquier crisis relacional en vital significa participar -no observar- de un contexto creativo que anhela resolverla con la intuición creativa. De ahí el nombre de uno de mis libros, La creación como cura.

Entrar en crisis vital consiste en dudar de lo establecido liberándose de toda relación objetal para encontrarse en un campo sin formas preestablecidas -la vida como energía fluye- haciendo todo posible. De un sistema relacional que da identidad al Yo, cuando la crisis es vital, pasamos a un sistema abierto donde coparticipamos de todo a través del sentimiento de identidad grupal. Primero somos Nosotros cuando vivenciamos esta experiencia, que como sujeto abierto interpreto la inmediatez de la experiencia a través de un símbolo vivo que exprese la totalidad de lo vivido. El Yo resurge de esta experiencia más flexible y protagonista.

CUERPO VIVO En el embrión y el bebé antes de los tres meses, neurológicamente no existe un "polo motor", la noción dentro- fuera no existe. Lo interior y exterior siguen estando sin límites definidos. Zona de "fronteras" que constituye un cuerpo vivo donde el sentimiento de identidad grupal es el continente emocional.

Al no tener un cuerpo limitado tiene "estados corporales" que se desplazan en el campo antropocósmico de la identidad grupal. Este estado de identidad grupal coincide con el hombre "primigenio", no con el niño; por lo tanto, la identidad del Yo se contextualiza en una identidad del "Nosotros", susceptible de ser registrada en el cuerpo pero no identificadas por el Yo corporal.

El cuerpo vivo es la sede del sentimiento valorado como solidario sabiendo que sólo somos parte. En los momentos de crisis vital, este cuerpo es que se manifiesta con toda su riqueza de in-formación. Es "el cuerpo que sabe" de Nietzsche, y "el cuerpo místico" de San Pablo.

DESIDENTIFICARSE Cuando suspendemos el Yo se realiza un breve proceso donde el Yo se libera de todo objeto al cual estuvo identificado -interna o externamente- y simultáneamente desoculta el valor subyacente ("el ser aparece enmascarado por el objeto": Heidegger). No hay despersonalización o fractura del Yo porque la realidad configurada por relaciones de objeto se transforma en un campo de valores, del que participamos como sujetos abiertos. Este campo de valores lo diferenciamos del espacio "entre" de Winnicott, a una estructura fetichista -transformación del objeto transicional en perverso- decíamos, necesita de un campo de valores donde todo tienen que ver con todo aportando identidad. Si nos desidentificamos pierden fijación los hechos del pasado, liberándonos de todo sujeto sujetado a un objeto, entonces el sujeto abierto puede participar de un campo donde la energía no pulsional, sino la vida que busca la autorrealización, es decir de sentido, no de objeto.

el misterio y lo oculto: Es importante diferenciarlos. Lo desconocido es porque está oculto para que se reprima y/o olvide o porque está, pero aún no se ha descubierto. Pertenece al mundo dado. Pero cuando hablamos de misterio nos referimos a lo misterioso de la realidad que siempre se está creando a partir de un campo de posibilidades que muchos autores denominan "lo vital". La vida fluye y en su expansión va creando formas que nunca existieron, las cuales no son explicables sino comprendidas como un nuevo orden. El misterio es inagotable y no tiene leyes determinadas a priori.

En otros contextos hemos hecho análogos a los misterios con lo ordinario, en el sentido de que enfrentarse con el misterio es volver a los orígenes para crear formas que nunca estuvieron.

Muchas veces el misterio genera cambios paradigmáticos que permiten reformular la realidad existente y especialmente el misterio nos hace partícipes de su energía creadora; pues, ante el no saber, todos somos iguales; sólo nos diferencia la forma de mitificar la aproximación al futuro que adviene.

ENCUENTRO Y TRANSFERENCIA "transferencia" es la repetición en el aquí y ahora de la terapia, lo que fue reprimido en la infancia y que genera malestar. Al poder repetirlo en la transferencia, posibilita elaborarlo y recordarlo para no seguir repitiéndolo en la vida cotidiana. La transferencia está determinada por el pasado del paciente y su terapeuta, movilizado por "el aquí y ahora como era entonces", del campo terapéutico.

El encuentro está "más allá" de cualquier transferencia. Es la posibilidad que trae una crisis cuando es vital y compartida con el terapeuta. Ambos participan de lo originario generándose un campo indeterminado donde sólo existe in-formación. Es decir, posibilidades de crear lo nuevo que oriente el camino de la cura.

En el encuentro se vive en estado naciente libre de las fijezas de las identificaciones, por eso, el Yo está suspendido y susceptible de reacomodar sus estructuras inconsciente que se repiten en los síntomas.

Lo interpretado en el encuentro es la manifestación de todo lo vivido en el "aquí y ahora" de la sesión donde se despierta el anhelo de ser anterior al deseo. Está más allá del "aquí y ahora como entonces" de la transferencia, de manera que lo repetido es desbordado por lo originario de la crisis vital participada con el paciente.

El concepto de encuentro puede ser entendido fuera del campo terapéutico como encuentro social, familiar, de la pareja, como solidaridad que despierta el "anhelo de ser más con los demás".

ENERGÍA Y MATERIA "La materia es una forma de energía comprimida" Einstein. Cuando la materia se separa de la energía se generan campos de energía. No hay objeto sólido a nivel de partícula. Una partícula puede pertenecer a una onda, onda con probabilidad de encontrar las partículas en ciertos puntos o momentos.

Probabilidad, no de una cosa sino de que varias cosas establezcan una interacción recíproca. No son cosas aisladas sino correlaciones infinitas o finitas. Todo tiene que ver con todo, interdependencia no localizable. Las correlaciones infinitas son variables ocultas que se conectan en un instante. La tendencia a existir es la posibilidad. Esa es la "función onda". No hay leyes aplicables a cualquier campo, por eso la interconexión o participación.

Si el universo es ondulatorio no hay muerte térmica. Hay permanente recreación de partículas que generan nuevo orden. Entropía y orden pueden aumentar juntas.

ESTRUCTURAS Formas que toman las relaciones entre los objetos según leyes determinadas. Estas estructuras explican los causales de los desarrollos y evolución que las estructuras tienen. Hay estructuras más estables y otras más cambiantes. De todos modos tienden a la estabilidad, pero cuando son "disipativas" no buscan estabilidad de forma sino coherencia y creación de nuevas formas. El estructuralismo exageró la importancia del aspecto estable de las estructuras, olvidándose de sus posibilidades de disiparse generando un caos con liberación de energía capaz de crear nuevas estructuras. Los causales pueden ser las estructuras previas que explican ciertos hechos, pero el caos, como ausencia de estructura, aparece como campo de posibilidades. Las estructuras disipativas descriptas por Prigogine tienen esta propiedad de pasaje de una estructura que se disipa generando una nueva. En el modelo de crisis vital fue tomado como crisis de estructura hasta alcanzar un campo sin estructuras y objetos donde la vida fluye como energía cargada de in-formación. Es un atributo de la vida.

IDENTIDAD GRUPAL La identidad es un sentimiento que compensa el desajuste entre el sujeto y los objetos. Siempre falta algo pues no hay coincidencia entre el hombre y su ámbito en el cual se realiza. Se hace patética esta experiencia del desamparo humano en la relación del Yo con lo otro donde busca en la identidad una forma de sentirse unido consigo mismo (identidad del Yo) y con los otros (identidad psicosocial). Es el proceso identificatorio que el Yo realiza dándole continuidad en su historia, mismidad en sus relaciones y unidad consigo mismo. Cuando varios Yo individuales se identifican con un tercer objeto que los une como ideal es la identidad psicosocial.

Lo que nos interesa desarrollar es otro sentimiento de identidad que denominé "grupal", también podríamos llamarla participativa, o solidaria o simplemente aquella que nos hace sentir Nosotros. Esta identidad hace su aparición cuando hemos renunciado a toda relación Yo-otro, por lo tanto no hay desajuste, enfrentamiento ni acuerdos sobre un tercero. Lo que propongo es rescatar el nivel de la realidad que nos constituye como ser. Experiencia primaria donde vivenciamos que "no quiero, no soy una cosa alguna" (Max Scheler), simplemente soy "arrojado a un mundo" (Heidegger) que me da identidad por participación, no por identificación.

Digo que nuestra primera identidad es grupal porque es la que nos constituye como ser (sujeto abierto ala vida) antes de todo reconocimiento Yo-otro. No olvidemos que el recién nacido al tercer mes reconoce un límite respecto del otro. Es por esto que insisto que la primera experiencia es la vivencia de ser con todo lo demás la cual moviliza nuestro anhelo de ser. y lo que denominamos la "primera experiencia de satisfacción" (Freud) está siempre relacionada a un objeto de la fantasía inconsciente que motoriza el deseo. Ambas, anhelo de ser y deseo, no se oponen entre sí, ni con la necesidad de un objeto, más bien son niveles motivadores de la acción. La distinción importante es que el anhelo de ser siempre es solidario, pues lo sostiene la identidad grupal.

inconsciente cultural e inteligencia solidaria: La inteligencia solidaria es la capacidad de intuir el sentido de las correlaciones en permanente transformación, en las cuales estamos involucrados por participación en un sentimiento de identidad grupal.

En el estructuralismo hay prohibiciones que generan ausencias para que haya movimiento e intercambio, en parte determinado. La ausencia llama al símbolo cuyos signos y palabras tienen códigos, es decir prohibiciones para poder hablar. Se entiende el significado de las correlaciones que permiten la comunicación.

El iluminismo humanista creía en la libertad individual del hombre, para generar en cada decisión correlaciones que lo hacen totalmente responsable como Sujeto comprometido. En el racionalismo el determinismo no es la estructura, sino el mundo dado cuyo orden y leyes hay que descifrar. Evidencias racionales.

La inteligencia solidaria primero capta el sentido que orienta el significado desde la participación con "todo". Todo entendido como horizonte de posibilidades, no como objeto. La inteligencia solidaria parte de la intuición; al comienzo no busca objetos (significados) que calmen, sino sentido que oriente, para luego representarlo. Alejarse de la descarga a cero (sexo), supone un rodeo en las representaciones que permiten pensar y sublimar.

Suceso de conocimiento a través de la significación que permite tener objetos que representen y ordenen racionalmente los causales que generan malestar, curiosidad y angustia ante el misterio.

El hombre no busca primero el placer, como creía Freud. La insatisfacción humana no se agota con la sexualidad.

El pensamiento mítico es aproximativo para emerger pensamiento analógico que sugiere creativamente o comprometido con lo vivido.

Primero somos "acción" (verbo) y buscamos esta identidad vivida, suspendiendo el Yo nos liberamos de todo atributo perceptual o pensado. Impresión vivenciable que desarrolla una inteligencia solidaria productora de acontecimientos no determinados, sino determinantes. Para desarrollar esta inteligencia partimos de un inconsciente cultural, originario (no determinado) donde "todo tiene que ver con todo", continente, dador de identidad grupal. La inteligencia humana, como capacidad de entender la realidad fue motivada por la angustia ante el desajuste vivido como desamparo y desesperación de no saber lo que es uno y las cosas son. Es por esto que sostengo que el sentimiento de identidad siempre fue motivador de inteligencia, pues como sentimiento exclusivamente humano compuso la eterna falta vivida entre el hombre y su entorno.

En el inconsciente cultural (ver La creación como cura) somos sujetos abiertos a un todo más allá de lo objetal, más allá de lo reprimido y determinado sin excluirlos. Participar de este inconsciente es abrirse a toda in-formación sin determinismo alguno, ámbito donde la intuición vivencial despierta el símbolo vivo que la inteligencia solidaria entenderá y transformará en conocimiento.

INTELIGENCIA SOLIDARIA
1- Los años trabajando en psicología clínica y social, con el modelo de crisis vital y la teoría de la participación, me fueron esclareciendo que la forma de entender la realidad, no pasaba solamente por una inteligencia basada en la observación y la razón, como ordenadores del conocimiento y la acción. Incluimos como importante la "vivencia participativa".

2- En el hombre primitivo, e incluso en los aborígenes que aún existen, la identidad está basada en la participación del grupo comunitario. Desde esa unidad piensan y actúan. La importancia de que la única realidad es la dada, desarrolló una forma de entender y formular lo pensado a partir de captar ese orden implícito en la naturaleza.

En filosofía y luego en psicología, se llegó a partir de un Sujeto pensante que va ordenando los datos de esa supuesta realidad dada. Sujeto en relación con un objeto de conocimiento, tomó forma de Yo en relación a un objeto con el que se identifique, en el campo de la psicología y la psicología social.

Estamos describiendo que la inteligencia, como forma de entender y formular la realidad, está basada en un sentimiento de identidad del Yo o psicosocial. El cociente intelectual es una medida individual de cómo un sujeto desarrolla su inteligencia.

3- El hombre siempre tuvo que desarrollar su inteligencia, dado el dasajuste que existe entre él y la realidad donde habita. Lo importante es cómo sostenerse ante ese vacío. Fue el sentimiento de identidad el que le permitió calmar esa angustia frente al misterio y lo desconocido.

Pertenecemos a una civilización que basó su identidad en la relación de un Sujeto con los objetos dados, el cual iba ordenando la idea sobre el mundo. Sin embargo el hombre primitivo, el aborigen, el bebé en los primeros meses y cualquiera de nosotros cuando atravesamos una crisis vital; nuestra forma de ordenarnos no es como la de un individuo en relación e identificación; sino participando de una realidad vivida antes que dada. Vivencia de una identidad grupal que da conciencia de "nosotros" antes que "Yo"; forma primera de entender la realidad, no como distante que hay que observar e indagar, sino perteneciendo a ella desde la parte. Se pertenece a través del sentimiento de identidad solidario con un grupo o con el ámbito natural donde vivimos.

4- Nuestra primera identidad marca la forma primaria de entender la realidad, es decir a través de vivenciar antes que percibir y pensar. Inteligencia solidaria es aquella que desarrollamos a partir de esta experiencia participativa de una identidad que nos hace ser con todo lo demás. Lo interesante de esta experiencia es que aporta in-formación de una realidad no dada sino dándose, como hoy la definen los físicos de la cuántica y la nueva cosmología. Esta in-formación es captada participando y por intuición aparece la imagen que va a orientar el pensamiento más racional. Partimos de una realidad no dada que convive con la dada que informa de manera determinada por el sistema imperante. Esta realidad no dada está indeterminada, por eso la denominamos vital, pues fluye y se transforma según su propia fuerza de autosuperación.

Llegamos a la conclusión de que: existe una realidad dada cuya información se va determinando desde el sistema. Y otra, no dada, cuya in-formación captamos directamente, sin mediación alguna, permitiendo superar el determinismo social y pulsional. 5- Resumiendo: una inteligencia solidaria parte de una realidad viva indeterminada sin orden, pero con fuerza vital transformadora que nutre el anhelo de autosuperación del grupo, sin dejar parte alguna fuera.

No se opone a las inteligencias modernas que parten del Sujeto o Yo pensante sobre una realidad que lo determina. Más que oponerse se integra a ellas, dándoles capacidad creadora y especialmente solidaria: lo que entiende primero es el bien común. No divide para entender, sino que a través del sentimiento de identidad solidario entiende. Luego va tomando distancia para percibir y pensar razonablemente, para actuar dentro de un sistema dado.

INTUICIÓN La intuición es la capacidad de captar la inmediatez de la experiencia sin ninguna representación que la mediatice. Experiencia de una realidad más allá de toda percepción o pensamiento sobre ella, dado que no es objetiva sino vivencial. Lo importante en la diferencia de la deducción y la inducción es que no parte de ningún dato empírico que informe sobre la realidad. Sino que es un momento de lucidez sobre lo vivido formando parte de una realidad en permanente expansión. Expresa la realidad sin símbolos que la representen, sino a través de una imagen viva creada en el momento de la lucidez. La lucidez de la intuición sería la condición necesaria pero no suficiente para la creación. La condición suficiente es la voluntad de dar forma a la in-formación. O sea es el coraje del acto creativo.

La vida, de Swminn, B.: El valor supremo de la vida es captado cuando sabemos que vamos a morir. El que no sabe que va a morir, como la ballena por ejemplo, no capta destellos de este valor vital. Sabiendo que la vida tiene un límite no nos queda otra alternativa que expresar lo que somos, la vida es la única oportunidad de ser creativos.

La conciencia de muerte es nuestra energía vitalizadora, capaz de captar el sentido de cada instante. Conciencia que nos sensibiliza con el cosmos en su aventura llena de asombro. Un juego lleno de sorpresas: la vida. Nos contactamos con el movimiento del cosmos. La variedad infinita del cosmos es fruto de este juego.

El misterio de la vida es la posibilidad de jugar libremente. La diferencia con los primates no es genética (98% de igualdad), es la capacidad de jugar como búsqueda, experimentación, creación, descubrimiento y aprendizaje.

El juego aventurero es nuestro mejor potencial. Angustia cuando no lo vivimos. La conciencia de que el esfuerzo constante es el mejor placer. Pertenecemos a ese proceso cósmico de hace veinte mil millones de años.

malestar: Una cosa es el "malestar" provocado por la sofocación pulsional a un objeto de placer; otro es el "malestar" provocado por el desarraigo de lo vital y el alejamiento de los valores culturales que nos quitan anhelo de ser.

Malestar provocado por la civilización creada por el hombre.

Malestar provocado por el alejamiento de la Naturaleza o cultura viva.

Todo sistema humano genera un malestar por lo que tiene que reprimir para adaptarse. Otro malestar por su constante alejamiento a la vida que fluye creativamente.

METAPSICOLOGÍA La realidad dándose es imposible de representar. Sin embargo tiene eficacia en el inteligir esa realidad partícula- onda que la física cuántica define. Es decir, inteligir toda realidad espiritual sin objetos identificables por un Yo. Este inteligir surge de la vivencia de esta realidad viva con in-formación susceptible de encontrar formas. El encuentro de esta nueva forma surge como símbolo vivo que no representa nada, sino que intuye la imagen consecuente de haber participado de la experiencia de todo con todo. Experiencia de unidad, sin divisiones que controlan, solo diferencias que participan en este anhelo de ser más con todo lo demás.

El "más allá" (meta) amplía la conciencia sobre la realidad primero de percibida a representada, y luego de pensada, gracias a las representaciones, a vivenciada como un vacío potencial capaz de captar la realidad totalizadora que sigue dándose. En otros términos, así cuando pensamos nos liberamos de la realidad objetiva percibida como dada, cuando vivenciamos nos liberamos de la representación de esa realidad dada y nos sumergimos en la realidad viva dándose, ampliando el campo de posibilidades de conocimiento y de creación. Cuando hablo de "psicoanálisis abierto" me refiero a ir más allá de la metapsicología psicoanalítica que fundamenta su teoría en un psiquismo representacional contenido en el inconsciente. Este psiquismo permite "esperar" la descarga pulsional y dividir reprimiendo para controlarla angustia.

Considero necesario distinguir "metapsicológico" de "metafísico" para cambiar el concepto de realidad dada de dándose. La realidad dada restringe la conciencia a lo percibido y luego representado. No la amplía a ir "más allá" de lo dado tanto percibido o representado. Por eso lo denomino "metapsicología", porque va más allá de un psiquismo contenido solamente por representaciones.

Ampliando el concepto de psíquico, se amplia la conciencia a una realidad no ordenada por la naturaleza dada, ni por la lógica de la razón. Por lo tanto el Yo suspende su conciencia y de esa forma se suspende toda división ordenada y tranquilizadora.

La realidad con información se transforma en campo de in-formación o morfogénetico solo vivenciable de un sujeto abierto a un "nosotros". Esta liberación del objeto y sus representaciones no me liberan del mundo sino que me unen solidariamente a él.

nosotros: nosotros no es un Yo epistémico que ve objetivamente el dato científico, en una suerte de disociación instrumental. El Yo epistémico -"Yo pienso" de Descartes- se desprende del lugar de la ciencia para observar sus datos. Un nosotros epistémico no se desprende del lugar empírico, contexto hermenéutico que va a construir cada vez un nosotros; es estructura que se construye cada vez. La estructura del "Yo pienso" se construye una vez con el hábito durante el tiempo. El nosotros sólo vivencia, no pretende explicar sino poder volver a ser viviendo una experiencia solidaria que in-forma más allá del pasado, creando mundo.

El bebé en los tres primeros meses, cuando aún no reconoce un afuera de un adentro, sólo participa de una identidad grupal o nosotros que lo contiene y lo constituye como sujeto abierto, "arrojado al mundo" del que es protagonista. Cuando somos nosotros estamos en lo originario sin deseo, ni libido, donde cada acto es existencial o creador de sentido. Cuerpo vivo mediador entre lo germinal y lo representacional que nos va alejando de lo vital.

PARTICIPACIÓN ¿Qué es participar? devenir en el otro sin dejar de ser uno y el otro dejar de ser otro. Dentro de la nueva epistemología es dejar de observar y pensar, para poder vivenciar la pertenencia a una realidad holística sugerente de creatividad. Se participa cuando no hay fundamentos sino un vacío potencial, el cual nos integra en el fluir de una fuerza que anhela ser más. Es decir, del fluir de la vida cuya energía, desde los orígenes (Big-Bang), continúa transformando la materia y extendiéndose creando espacio.

¿Qué quiere decir sin fundamento? Cuando ninguna estructura, código, objeto o idea previa nos determina. En términos del modelo de crisis vital: "se suspende el Yo de toda percepción o pensamiento". Sólo resta una totalidad indivisible de la que participamos sin poder identificarnos. El átomo indivisible de la física mecánica deja lugar a una identidad grupal indivisible. Primero somos nosotros antes que Yo, decimos desde nuestro modelo participativo, más allá de toda constitución subjetiva especular: Yo-otro. Del objeto divisible por identificación al valor indivisible participable.

Concluimos que la teoría de la participación hace al modelo de crisis vital un sistema teórico abierto y en permanente transformación. Una crisis es vital cuando supera las crisis relacionales, no busca un nuevo objeto como en el duelo psicoanalítico, sino que la subjetividad se abre a un vacío potencial que lo hace partícipe de su in-formación 0 (cero) energía creadora. La crisis es vital cuando alcanza el vacío potencial donde sólo por participación lo vivenciamos y captamos intuitivamente, la inmediatez de la experiencia.

Entre el sujeto y el objeto hay un vacío potencial sólo accesible por participación, no por identificación. Como más allá de los objetos están los valores, sólo se participa de ellos, pues no siendo de nadie pertenece potencialmente a todos. Manera de unir lo diferente sin identificación, es decir sin separación, descubriendo un campo participativo con in-formación.

PENSAMIENTO INTUITIVO El pensamiento racional incluye dos métodos para su desarrollo. El método inductivo y el método deductivo. Es decir, por un lado, un sujeto en relación con una parte de la realidad induce el resto, y por otro, este sujeto se relaciona con un aspecto más general de la realidad desde la cual deduce cada parte. Método del pensamiento racional que constituye hipótesis a partir de una realidad previa percibida como parte o estructura previamente representada por un pensamiento capaz de generalizaciones.

Pero cuando hablamos del pensamiento intuitivo nos estamos refiriendo a otro método que parte de la captación de una realidad indeterminada, sólo vivenciada participativamente, que tiene in-formación desde un campo totalizador sin estructura previa, imposible de deducir o inducir. Es sólo por intuición que lo podemos interpretar y luego inducir o deducir. Por lo tanto, la fuente de conocimiento no está sólo en lo dado que tenemos que descubrir, sino que está dándose, que tenemos que interpretar.

El pensamiento racional depende de una inteligencia capaz de acotar, relacionar por inducción o deducción, y especialmente capaz de memorizar los datos previos para integrarlos a los nuevos. Esta inteligencia tiene diferentes especializaciones, pero todas tienen un contexto emocional ligado a los datos que tratamos de entender. Por otro lado el pensamiento intuitivo está relacionado con otro tipo de inteligencia que he denominado solidaria para que su in-formación sólo sea aportada para el conocimiento cuando logramos participar, es decir, sentimos parte del todo que tratamos de entender. Por último es importante diferenciarlo del pensamiento mítico que también es intuitivo, pero en el marco emocional de la imitación ritual; experiencia donde el orden de la naturaleza y el de la cultura se diferencian para pensar. Otra cosa es el marco vivencia que participamos para intuir, en la parte, el todo (símbolo vivo).

La intuición mítica es pre-científica; en cambio, la intuición solidaria integra a la ciencia la in- formación desde lo vivencial. En esto radica su importancia actual. pensamiento mítico: La noción de "todo" es la matriz del mito, es la forma donde el todo puede estar incluido en la parte. Esa "parte" es el mensaje y código a la vez, expresado en un símbolo vivo que sugiere, sin ninguna pretensión científica. Esta actitud más espontánea burla la censura de la racionalidad, haciendo de las evidencias inmediatas (vivenciales) un campo de in- formación para un relato orientado (el argumento del mito es siempre ejemplar).

"Mito" en latín significa "mudo", que para el modelo de crisis vital es importante, pues nos sugiere el "silencio" que crea la suspensión del Yo. Es comprensible el interés que tiene el pensamiento mítico para nosotros, pues capta información desde el todo a la parte; del origen como referente, no el otro, del tiempo dentro de un espacio a un tiempo que fluye. Pero especialmente me interesa porque supone participación de una experiencia que sólo podemos intuir. Vico dice "el mito es el ropaje del símbolo" señalando que es el contexto donde el símbolo se hace vivo orientando la acción desde la participación. En esto me diferencio de la concepción estructuralista del mito, que lo concibe como código entre lengua y palabra. Señala lugares de oposición y contrastes, que solo tienen sentido en un contexto dado. Lévi-Strauss define el pensamiento mítico como lenguaje de cosas, para diferenciarlo del lenguaje científico con el lenguaje de signos. Saca al hombre del origen y lo coloca entre la naturaleza y la cultura.

Acordando con M. Eliade, el hombre se descubre participando de la naturaleza a través del mito y por consiguiente con los orígenes. Desde esa experiencia sugiere dejando margen a la incertidumbre. Esta imagen mítica sugerente evoca otros como centro dinámico organizador de un pensamiento que hace al hombre advenir a la naturaleza. El hombre entonces no es sólo dado (Lévi-Strauss) sino que adviene del origen de manera ordenada con significación.

Heidegger lo sintetiza diciendo que el mito es "horizonte hermenéutico", aquel nos permite intuir la interpretación que habla de nuestra participación. En el modelo de crisis vital digo que al animarme a vivir la suspensión del Yo, dejo el origen como infancia y me traslado a lo originario.

PSICOANÁLISIS ABIERTO Abierto en sus fundamentos metapsicológicos. No podría ser de otra forma, pues una crisis vital supone la superación de todo determinismo o a priori tanto teórico como de una realidad dada. Por lo tanto abrir todo "concepto fundamental" o "principio" significa aceptar otra fuente de conocimiento indeterminada. La duda existencial nos lleva justamente a poner entre paréntesis todo conocimiento o realidad previa y así poder vivenciar una experiencia interpretada creativamente. En la historia de la filosofía la metafísica se ha movido entre dos polos: "Conocimiento de un orden especial de realidades" (estudio del ser en sí) o "Modo especial de conocimiento o de pensamiento" (estudio del conocimiento en sí) (La Lande. Diccionario de Filosofía). Serían los principios reguladores del pensamiento científico que en términos de Leibniz es "la razón de ser de las cosas", y por otro lado, según Kant, un conocimiento que se deduce de la razón a priori de la experiencia sensible. Coincidiendo en su etimología griega: "lo que sigue a la física".

Este ir más allá de la experiencia sensible supone un orden previo que parte de las cosas en sí o de una forma de conocimiento racional. El orden está dado o lo ponemos a priori desde la razón. Es en esta concepción filosófica de la metafísica que Freud se inspiró al desarrollar su metapsicología (Laplanche) buscando un fundamento ordenador, es decir "una hipótesis que sirva de fundamento al sistema psicoanalítico". Abrir el psicoanálisis no es rechazar los postulados de la metapsicología, sino dudar de ellos como fundamento y sostener la existencia de un campo participativo donde todo tiene que ver con todo. Lo que pongo en duda es que exista un orden fundamental o principios ordenadores. Duda que me lleva a suponer la existencia de otras formas de presentarse la realidad, tanto física como psíquica. Sin excluir un orden dado, suponemos una realidad más allá de todo orden: realidad dándose desde lo indeterminado. Por ejemplo, el concepto de inconsciente dinámico estructurado deja de ser fundamento al postular un inconsciente cultural indeterminado que fluye dando nuevas formas. Un inconsciente originario o campo morfogenético (Saldreike). Este enfoque de la realidad inconsciente supone una conciencia ampliada a lo originario vital que constantemente in-forma creando formas. En realidad la más importante de la apertura es dudar, como fundamento, la pulsión y sus destinos objetales y la teoría de las relaciones de objeto y desentrañar el anhelo de ser como expresión de una energía vital que no busca objetivar la satisfacción, sino la auto superación para ser más.

racional, biológico, vital: La verdad lógica es de términos que permiten demostrar según su código. Por ejemplo "si P entonces K". Si los hombres mueren, la hierba muere, entonces los hombres son hierba. Para Batson, "la pauta que conecta" no es el código racional sino la metáfora que integra sistemas que se autorregulan. En esta lógica no se identifican términos sino metáforas que conectan todo lo vivo. A esto lo llamó "muerte ecológica".

Cuando pensamos en una crisis vital nos aproximamos mucho a Batson, sólo que nos conectamos con otra realidad viva, no tan biológica o ecosistémica. Los vital no es un adjetivo susceptible de convertirse en predicado metafórico, sino que también rompemos con el código ecológico. Lo vital es la vida como "pura potencia en acción" (Savater). Pero verbo en constante posibilidad creativa: "En el comienzo era el Verbo" (Evangelio de San Juan).

Si hay luz hay vida (verdad lógica). En una crisis vital: si hay luz soy testigo de una inferencia primera, "entonces, es de día" interpreto, creando un objeto desde lo originario viviente.

Son tres formas de entender la realidad: (1) a través de un código lógico que mediatiza nuestra relación (realidad dada); (2) a través de un organismo vivo con el cual interactuamos (realidad dada); (3) a través del testimonio de una experiencia viva que, al ser interpretada, crea la realidad (realidad dándose).

SALUDABLE Desde la teoría de la participación lo que es bueno para uno lo será para los demás y viceversa. Desde el modelo de crisis vital, la suspensión del Yo abre la conciencia subjetiva a un todo que anhela autosuperarse. Este anhelo no tiene ningún objeto ideal como referente, sino un "nosotros" del que participamos.

Lo saludable arranca de lo solidario, para expresarse singularmente en un anhelo de autorrealización que guarda las diferencias con los otros, sin oposición gracias al sentimiento de identidad grupal.

Liberadas de todas las ataduras "objetales", tanto pasadas como presentes, la conciencia de "ser" emerge superando todo "tener". Esta conciencia es saludable para el Yo porque parte de un referente grupal que quita toda connotación egocéntrica. En síntesis, lo saludable es la tendencia hacia un Yo menos egocéntrico y más solidario.

El término "saludable" difiere al de "salud", pues hace referencia a un clima, no a un objetivo. Clima saludable que dispone a quienes lo viven, en una tendencia a "ser más con los demás". Esto nos libera de depender de "tener más para el Yo". Y de esta manera lo que es bueno para el Yo lo será también para los otros y viceversa.

Los valores crean "climas" participativos, los objetos promueven deseos sublimatorios. Los primeros son saludables, los segundos apuntan a la salud como modelo. Estas definiciones de saludable y salud son más operativas que semánticas.

sentido: Los organismos vivos están dotados de propiedades espontáneas de autoorganización. Son atributos de la vida. Lo esencial de la vida es de naturaleza emocional y se sitúa en el "movimiento del proceso de hacerse" y la identificación. Vida que al ser nombrada la identificamos con el período primitivo de la vida. La variable " tiempo" debe necesariamente variar, no se agota en la espacialidad. El transcurrir del tiempo entre los instantes; el ahora que no es un punto fijo, sino una producción del tiempo. No se la puede describir en el nuevo espacio-temporal de la física.

Las cosas tienen sentido cuando acceden "al mundo" simbólico fuera del espacio, en el fluir del tiempo. La creación de sentido coexiste con el tiempo. "Suspensión del tiempo en el curso de un instante": San Agustín (distentio). Un símbolo es una modalidad fuera del espacio: pertenece al mundo del sentido. Es el espacio convertido en tiempo.

La irreversibilidad del tiempo es intrínseca al tiempo mismo. La irreversibilidad del tiempo de la termodinámica supone acumulación de entropía. En la temporalidad originaria el placer no está en la descarga satisfactoria, sino en el "fluir", cuya orientación da sentido a la experiencia. Los símbolos del sentido son temporales; no representan, sino que dan cuenta de lo vivido.

Lo verdadero como objeto sólo vale para el lenguaje racional. Pero para la realidad vivida lo que importa es el acontecimiento que da sentido a la experiencia, más allá de si es verdadera o falsa (identificar). Sentido quiere decir que sólo me da identidad grupal, pertenencia. No es el deseo de un Yo que determina la búsqueda; es el anhelo de identidad que como sujeto abierto me autosupera transformándome, más allá de todo cambio objetal, por más ideal que sea.

Se distingue de significado en que este último explica lo oculto o ausente en una cadena de significantes que ocupan un discurso representativo de la realidad. ¿Cuál es el significado de la palabra vida? Dependerá del contexto en que fue dicha, así podremos desocultarla o explicarla para armar otro discurso más actualizado y/o esclarecido. En cambio sentido no desoculta ni explica nada, es un orientador de una experiencia viva que no hay que representar sino expresar. No se formula con símbolos representacionales sino símbolos vivos, que dan cuenta la inmediatez de una experiencia que acontece. El sentido es un vector orientador, cuya imagen constituye un acontecimiento (x) que nada representa sino que interpreta directamente lo vivido. Por eso digo que para encontrar el sentido de algo, primero tengo que dudar de lo representado y tener acceso a lo vivido para interpretarlo: "para algo" aconteció. La interpretación de significado sería: "por algo" sucedió.

SER Y TENER "El ser aparece enmascarado por el objeto". "La palabra es la casa del ser". Ambas frases de Heidegger, para mí significan cosas similares: que más allá de los objetos está el ser. Cuando suspendemos el Yo alcanzamos lo que está más allá de los objetos, es decir el ser. Por lo negativo podemos decir que no busca objetos ni ligarse a ellas, ni busca situaciones, ni tolera estructuras. No lo encontramos en ningún estado donde identifico objetos, más bien el ser se experimenta en cada acontecimiento sin agotarse en la realidad dada. El ser anhela ser: feliz, valiente, amoroso, tolerante y luego actúa como si lo fuera sin interés de alcanzar estados de cosas sino autorrealizarse. Supone que somos con los demás, luego actuamos fielmente a esa experiencia participativa. Si soy creativo en el trabajo con pacientes, estoy siendo e invito a serlo, despertando de esa manera un profundo sentimiento de confiabilidad, pues me autorrealizo con el otro u otros.

Por lo tanto más que una relación, el ser se encuentra en un campo de valores participativo en donde vive una experiencia hacia lo mejor posible. En este ámbito terapéutico o de encuentro los conflictos se suspenden permitiendo la unidad eficaz para la autorrealización con los demás. No hay repetición, el ser es generativo. Tener es un deseo de alcanzar cosas o ideales que suponen tranquilidad, placer o felicidad. Para tener se supone la fantasía que mueve hacia un objeto que me tranquiliza. La identificación sería el mecanismo básico para tener, dado que es el Yo el que identifica primero lo deseado que quiere alcanzar.

Si bien diferenciamos ser y tener, ambos constituyen una unidad dinámica. Si me quedo en el tener, me pierdo, me alieno. Me tengo que perder como Yo al tener en la identificación, y luego resurjo de la pérdida cuando me desidentifico de todo objeto recuperando el ser persona. En la teoría de la participación y el modelo de crisis vital decimos "objetivación de valores", "valorización de objetos"; es decir, cuando objetivamos tenemos y cuando alcanzamos los valores somos; esta es la dinámica de toda crisis cuando es vital. En otros términos, soy cuando liberado de todo objeto compruebo la "vivencia de resistencia" que la realidad me revela al afirmarme, como ser, que no soy la cosa que deseo, percibo o me identifico, y por ser inidentificable sólo se vivencia participativamente, constituyéndose al vivenciar que no soy cosa alguna. Sutil diferencia entre ser como sujeto abierto a la experiencia participativa que lo constituye y el Yo como sujeto en relación con otro que lo constituye especularmente por identificación. Diferencia que garantiza al Yo identidad como sujeto abierto a lo grupal durante su autosuspensión para participar de la energía creadora de un campo de valores. Subrayo, cuando descubro que no quiero ser la cosa, quiero ser más, esto es lo que denomino "anhelo de ser".

SÍMBOLO VIVO En la lingüística el símbolo es la representación de lo que no está. Se traslada a una imagen o palabra la realidad percibida a fin de poder pensarla. O sea, ordenarla en otro discurso más amplio, no tan adherido a lo percibido. La realidad percibida está limitada a nuestro aparato perceptual, un "ojo", como diría Spinoza, lo determina. Pero cuando el símbolo lingüístico lo traslada a una palabra, la realidad se libera del determinismo sensorial, ampliando las posibilidades combinatorias y formadoras de la realidad. El "ojo" estaría determinado no ya por el orden de la naturaleza, sino por el orden de la razón. "La razón de las cosas" sería su nuevo fundamento.

Denomino "símbolo vivo" cuando lo imaginado no está representando lo que no está para ocupar el lugar dejado por otra realidad. Se trata de simbolizar directamente la existencia vivida, es una forma de interpretar la inmediatez de lo vivido tomando la parte imaginada por el todo vivenciado (Heidegger reemplaza la palabra "vivencia" por "existencia"). La vida como realidad dándose y en permanente transformación no puede colocarse en ningún texto, es el contexto existencial que nos une como "ser parte" con identidad grupal. El símbolo vivo intuye la imagen que da cuenta de la experiencia inmediata y totalizadora. La parte simboliza el todo vivenciado. Esta es la particularidad del símbolo vivo, que no representa sino que pone en imagen lo que se está viviendo en singular, la participación con la totalidad de la experiencia. La vivencia incluye la percepción y el pensamiento, y lo supera como contexto indeterminado donde todo es posible.

El símbolo vivo no pretende representar la realidad sino dar cuenta de lo vivido como experiencia más allá de toda estructura formal. Aristóteles decía que el lenguaje es un sistema de símbolos paralelos a la realidad. Es decir representan lo que no está: la realidad material. Pero cuando hablamos de símbolo vivo se pretende dar cuenta del vacío existente entre el lenguaje y la realidad objetal. Este vacío es una realidad viva, espiritual que habla en el "aquí y ahora" de la experiencia, más allá de todo sistema, sabiendo imposible representarla y abarcarla, solo capta la imagen que da cuenta de todo lo vivido. Realidad invisible llena de sentido que interpretamos poéticamente con una finalidad operativa, no estética, de concretar el anhelo de ser más con los demás. No me olvido de la frase de Jesús "La letra mata, el espíritu vivifica".

SOLIDARIDAD PARTICIPATIVA Diferencio solidaridad participativa de solidaridad social porque de esa manera libero el concepto de todo determinismo convirtiéndolo en campo propicio para cambiar nuestra forma de experimentar la unidad como sentimiento de identidad personal. Hemos dicho muchas veces que primero somos nosotros antes que Yo. Primero en la constitución de nuestra subjetividad. Un acto de solidaridad social se funda en el mecanismo identificatorio que cada Yo individual realiza en común con otros, tras un ideal. Por ejemplo un acto solidario con los inundados es enviar ropa, alimentos, carpas o todo aquello que creemos que los afectados sufren. Me identifico con el dolor estableciendo con ellos una relación solidaria que nos une. También la moda tiene este mecanismo de relacionarme con un ideal que muchos toman como propio. Lo característico de la solidaridad es el mecanismo identificatorio sobre un objeto considerado como bueno o malo con la finalidad de ayudar a sacar alguna ventaja. Siempre está sometido al determinismo de algo externo que nos solidariza. La variante individual se da cuando el objeto interno se convierte en el ideal o compartido con otro u otros. Es lo mismo pero al revés. Un aspecto que considero mío es susceptible de la solidaridad de otros; en lo social, ese objeto o aspecto está en otro o afuera de lo que considero mío. El salto cualitativo es cuando hablamos de solidaridad participativa, cuando nos unimos en una experiencia vivida como propia siendo de muchos o de todos. No me identifico con nada previo, ni externo, sino que vivencio una experiencia con identidad grupal, no del Yo. Este sentimiento solidario requiere para ser alcanzado cuatro pasos que hemos descripto como crisis vital: primero, un acto de renuncia a lo conocido previamente o duda existencial; segundo, un momento de vacío potencial o silencio existencial que me libera de todo objeto que me relacione; tercero, suspendido el Yo y sus relaciones nos abrimos a una realidad no dada sino dándose; y cuarto, surge otra forma de entender, que denominé "inteligencia solidaria". En esta forma de solidaridad no somos observadores sino que participamos de la vida de un mismo cuerpo místico -ni social ni físico- el cual se constituye en torno a valores, no a objetos. Siempre he dicho que la madre ve a su bebé recién nacido de tres maneras. La primera se solidariza socialmente y le ofrece todos los cuidados, un lugar y un nombre entre los demás. Segundo, se solidariza individualmente cuando lo identifica con su ideal de madre a través de su hijo. Forma parte de un Yo y viceversa. Y tercero, la madre descubre que su hijo no es sólo su hijo, ni un ciudadano más, es alguien con quien establece un vacío participativo que le permite ser con los otros.

Solidaridad participativa es finalmente una experiencia de igualdad radical que nos dispone a ser parte de un todo que transmite una fuerza vital más allá de cualquier determinismo o representación excluyente: todo es posible.

SOÑAR Y MITIFICAR En el soñar el Yo regresa "a la caverna intrauterina" , estado vegetativo desde donde "escuchamos" una estructura inconsciente lineal, cadena de significantes en la que circula un falo que garantiza lo invariante de la estructura en donde todo es relación secuencial. A este sueño primordial se agrega otro más elaborativo en donde además de "escuchar" pasivamente, relacionamos activamente dando a las imágenes una forma narrativa. Lo ubicamos en el preconsciente. Vendría luego un tercer sueño que es el que contamos, al que se agrega la palabra que da cuenta verbal conciente a lo acontecido en el inconsciente y preconsciente.

Mitificar no es soñar despierto sino una forma no onírica de regresar a la caverna de la naturaleza, ya no es un bebé que alucina o imagina (Yo) sino el hombre en tanto conciente que capta una estructura múltiple totalizadora cuando logra desprenderse de "los objetos" y convertirse en Sujeto de una experiencia que "congrega", intuye de manera original, creativa.

sujeto El sujeto hablante muere cada vez que habla ("el significante eclipsa el Sujeto" -Lacan-) y se revive el Sujeto oyente (el significante ilumina al Sujeto). Dos aspectos del Sujeto lingüístico que buscan la comunicación a través del lenguaje: "ser para otro" es la condición de este Sujeto clivado sin poderse integrar, desde esta perspectiva. Aceptamos que además de hablar "para otro", existe "el decir" al hablar "con otro" con el que estoy sumergido vívidamente en una experiencia participativa que nos alimenta de sentido. Es el sujeto abierto a una experiencia sensible. Sujeto participativo que realiza la síntesis configurativa de sentido al hablar, saliendo del contexto (sujeto de un contexto de experiencia) transformándose en Sujeto de un texto o Sujeto lingüístico escindido en hablante y oyente.

Mientras somos Sujeto de Experiencia la función hablante y oyente están unidas en la poiética o creativa dadora de sentido histórico de los hechos. Estos acontecimientos (x) son singulares e irrepetibles.

Lo "vivido" es silencioso y busca un significante que nombre esa experiencia a través de una palabra que interprete lo vivido a través de un símbolo vivo (x) no lingüístico o representacional.

Es importante diferenciar un Sujeto hablante que muere cada vez que habla del Sujeto vivencial sumergido en la densidad existencial del que extrae el sentido del contexto (infinito).

Este Sujeto existencial que intuye el sentido, es el hombre entero como parte de un todo no escindido, hasta que sufra la acción del significante que nombra convencionalmente lo vivido. Solo, puede articular una parte de su verdad. El Sujeto Existencial al transformarse en Sujeto hablante se escinde y parcializa.

Cuando decimos que el Sujeto es pensado, nos referimos al Sujeto hablante o pensante; pero no nos referimos al Sujeto vivo que busca ser "con otro" para alcanzar la identidad. El Sujeto hablante busca ser "para otro", alcanza la comunicación a través del lenguaje, el Sujeto participativo se comunica a través de la vivencia. Por "simpatía" (x) o también dicho "telepáticamente" (x).

SUSPENDER EL YO Así como la relación con el otro constituye el Yo por identificación (especularidad), el encuentro, no estructurado, con el todo nos constituye como sujetos abiertos a la experiencia. Sujeto en relación a otro y sujeto abierto a todo son dos formas importantes de concebir la subjetividad. Digo que suspendemos el Yo cuando dudamos de la percibido y pensado, de manera tal que suspendo todo espejo donde el Yo identificante vive un momento de desidentificación o desprendimiento capaz de contemplar antes de toda percepción o pensamiento. Fundo la subjetividad en existo luego pienso, no en "pienso luego existo". Savater, citando a San Agustín dice "volo ergo sum", es decir que primero quiero, en el sentido de voluntad de acción, no hacia un objeto sino como anhelando ser con.

Si concibo el percibir y el pensar como un obstáculo para el nuevo conocimiento (Bachelard), suspender el Yo lo considero como una técnica y una teoría apropiada para transformar cualquier crisis relacional en vital. Pues dudando radicalmente de lo que pienso y percibo no me queda otra cosa que ampliar la conciencia de manera tal que sólo participo de un campo caótico lleno de in-formación, es decir máxima información pues todo es posible.

Suspender el Yo es abandonar por un momento todo sustantivo o adjetivo de la realidad arrojándonos como sujetos a un puro verbo originario que coparticipa de una realidad dándose, más allá de todo determinismo. Pero el determinismo que más nos interesa trascender en el trabajo psicoterapéutico es el psicopatológico en sentido amplio. Por este motivo es que la suspensión del Yo sale de toda repetición o represión, para ubicarse en el aquí y ahora, participando de una inconsciente cultural donde lo posible se hace solidario a través de la identidad grupal, no del Yo. Es importante aclarar que suspender el Yo no significa renunciar a él, más bien no darle tanta importancia. Sólo así las relaciones del Yo pasan a ser encuentros de un sujeto abierto a todos y a todo.

Mientras dura la suspensión no hay refugio en tener cosas o reflexionar sobre ellas o el propio Yo. De ninguna manera es descuidar las cosas del mundo sino verlas de otra manera: del todo a cada parte, y de cada parte al todo. No estamos solos en este mundo, ni fuera de él: vivimos con él.

TEORÍA DE LA PARTICIPACIÓN Es el desarrollo teórico que realicé a partir de mis experiencias clínicas de crisis vital. Me di cuenta que si el Yo queda suspendido en sus funciones preceptuales, que objetivan, y pensantes, que representan, se queda sin objetos en los cuales poder identificarse. La crisis vital conlleva a vivir por un momento una experiencia no relacional más allá del Yo- otro o sujeto- objeto. Así como la experiencia identificatoria nos constituye Yo en relación a otro, esta experiencia vivencial nos constituye como sujetos abiertos a una realidad dándose de la que participamos. Definimos participar como devenir en el otro sin dejar de ser uno y sin que el otro deje de ser otro. Es decir que dos o más nos encontramos en un campo por participación- no por identificación- en el cual, liberados de todo objeto, nos constituimos en sujetos singulares pero con un sentimiento de identidad grupal o cósmica.

Cuando me enteré de que ante la apertura del átomo las partículas subatómicas forman parte de un campo indeterminado más allá de todo espacio medible por la velocidad que tienen, fue entonces que entendí que esa realidad dándose era análoga a lo que trataba de definir en las crisis vitales. Lo interesante es que los físicos también, ante este campo, dejaban de observar y se definían como partícipes imposibilitados de calcular con exactitud.

Cuando participamos o coparticipamos nuestra conciencia está ampliada, es capaz de vivenciar una realidad sin fronteras, dándose en plena expansión como hoy describen el cosmos los astrofísicos. Incorporar este concepto en la ciencia y en la psicología nos hace sentir partícipes de una misma identidad que, aunque intuimos singularmente, nos responsabilizamos colectivamente, mejor dicho, solidariamente.

Cuando participamos no nos relacionamos, sino que nos encontramos formando parte de un campo sin fronteras donde vivenciamos la fuerza solidaria de los valores, que por definición no son de nadie, y por eso son de todos.

tiempo sin espacio (Productor de sentido): Las partículas diseminadas en el espacio tienen la velocidad próxima a la de la luz, por eso no pueden estar en un espacio acotado, distinguir un proceso cronológico. Los instantes, o sea el tiempo que transcurre, no pertenecen a un tiempo cronológico dentro de un espacio, son puro devenir. Psicológicamente sólo concebimos hasta ahora el tiempo identificable, le atribuimos a la vida propiedades que representamos pero eso no tiene que ver con la vida como devenir, sino como un suceso que evoluciona.

El fonema casi instantáneo es identificable, entra en un código que diferencia verbo de sustantivo. Pero si valoramos el instante como temporalidad, es decir, como puro devenir de la vida, no entra en ningún espacio o código. Significantes con significado solo son posibles si hay espacio. Cuando el espacio es superado surge la pura temporalidad del vivir o devenir. El "ahora" es autorreferente, no busca significado sino que espera algo de carácter inmaterial: el sentido.

No confundamos sentido con significado; éste necesita un soporte estructural o código donde los significantes van encontrando los significados. Pero producción de sentido es la creación que orienta un puro transcurrir, no surge de un marco predeterminado, casual o explicativo.

La complejidad de los instantes se integra en un símbolo vivo que da cuenta del "ahora", no representa lo que está sino lo que está durando, transcurriendo. Es a partir del sentido que se capta la temporalidad, donde se genera el acontecimiento. No es espacio convertido en tiempo, sino un vector irreversible del tiempo con sentido. No se pasa siempre de lo microscópico a lo macroscópico, de lo inconsciente a lo consciente. El acto creador sale del espacio temporal, puro tiempo que transcurre o deviene, para entrar en un espacio cronológico.

Temporalidad, rítmica y pulsante: fuerza expansiva; ésa es la realidad dándose. El placer freudiano es disminución de la tensión dentro de un tiempo cronológico (aumento de entropía). Pero otra cosa es considerar la pulsión como fuerza originaria que fluye con sentido, no con finalidad. Es la "pulsión de vida" no en sentido freudiano, el cual sería pulsión sexual o líbido; prefiero llamarla " energía vital".

¿Cuándo la pulsión se hace irreversible?, ¿cuándo sale del espacio fluye?, ¿cuándo es pulsión creativa, productora de sentido?, ¿cuándo sale del espacio cronológico? Cuando la vida es entendida como "fuerza" con sentido, previo a todo "objetivo" para la descarga. ¿Cuándo nos orienta en lo que somos antes de lo que entendemos?

Cuando liberamos el tiempo del espacio sentimos su fuerza que es pulsante, originaria, rítmica, vectorial sin objetivo, autorreferente, busca la autosuperación. Es creativa. Anhela ser.

El espacio hace al tiempo pulsional, es decir, determinado por una fantasía determinante: la descarga satisfactoria. Busca la superación en un objetivo ideal. Es sublimatorio. El tiempo más allá del espacio es indeterminado, anhela ser, es creativo.

VALOR "Más allá de los valores están los entes (cosas)" (Heidegger). Valor es algo liberado de todo determinismo y de toda función denotativa. Convoca a los bienes dándoles un sentido unívoco. En general los bienes tienen un sentido equívoco, por ejemplo: "el avaro ama el dinero", "el santo odia la injusticia". En cambio, el valor se incorpora a las cosas transformándolas en bienes unívocos; por ejemplo, el dolor cuando es valor es de todos y por eso es un bien que une en la lucha, el consuelo, la amistad entre otros. Para ser valor tiene que dejar de ser objeto identificable, entonces genera un campo (x) sin objetos, sólo participando vívidamente y captado desde un Sujeto (x) abierto a esa experiencia viva. El "campo" que generan es mítico (x), donde no hay percepciones que denoten algo, solo una experiencia de unidad que conserva las diferencias y pierden los objetos que dividen y oponen. En este campo mítico o de valores (x).

"Todo tiene que ver con todo", retorno a un estado "grupal" orientando dichos valores que permitan intuir una nueva forma de existencia con los objetos. La palabra o imagen surgida de esta experiencia está liberada, no denota nada, sino que crea. "Símbolo vivo" (x) que habla creando un mundo a partir de las sensaciones con "identidad grupal" (x). El lenguaje deja de ser racional y deviene poético, susceptible de hacerse racional según el modelo científico-social.

Es importante aclarar que los valores que estamos definiendo no son morales sino éticos (x): por lo tanto, no dirigen ni suscitan deseos sino que originan nuestro anhelo de ser (x); es decir, recuperamos con ellos la libertad de ser lo que soy y la palabra creativa. Están mas allá del deseo de tener (x). No hay captación de valores sin "suspender el Yo" (x).

VIOLENCIA El psicoanálisis y la psicología en general consideran fundamental, en la constitución del Yo, la intervención del otro tanto introyectiva como proyectivamente. Las relaciones se establecen entre dos términos separados: sujeto-objeto o Yo-otro; los cuales para relacionarse se confrontan amigablemente u oponiéndose en distintos grados y maneras. La conocida psicoanalista francesa Piera Aulagnier denomina "violencia primaria" a la intervención identificatoria que la madre realiza con su bebé indefenso y necesitado. El concepto de adaptación del Yo, tan básico para la psicología del Yo, también supone una confrontación de partes separadas y opuestas que tienen que negociar una relación equilibrada luego de un proceso conflictivo. Sin profundizar en ciencias sociales siempre existe una confrontación de partes en conflicto para alcanzar un deseado equilibrio.

La violencia desde estos enfoques parten de dos premisas: (1) estamos dentro de sistemas cuya estructura tiende a mantener el equilibrio como ideal. Esto supone zonas y tiempos turbulentos que se denominan conflictos o crisis relacionales o del Yo; (2) es la necesaria confrontación desde el inicio: Yo-otro, sujeto-objeto. Partes que para diferenciarse necesitan separarse y oponerse para generar nuevas relaciones más ideales (sublimación).

En el modelo de crisis vital y teoría de la participación partimos de una primera identidad solidaria que denominamos "grupal" o "nosotros". No partimos del Yo-otro, sino de un nosotros que da identidad y por lo tanto anhela antes que toda relación, encontrarse participando (no identificando) de un sistema abierto, que antes de todo equilibrio busca la autosuperación con los demás. Este espíritu solidario moviliza el bien común sin ocultar las diferencias que constituyen partes de un todo.

La violencia no está en la confrontación, sino en la fuerza que anhela ser más con los demás. Es la violencia del parto que anhela más vida para compartir. Violencia que no surge de la confrontación ni al servicio del equilibrio de un sistema, sino que "apuesta" (Pascal) a que las partes y el todo cumplan con su anhelo de ser más.

E. Levinas en su famosa pregunta "¿por qué la guerra?", no duda en responder que se debe a la confrontación Yo-otro. Desde nuestro enfoque ampliamos la pregunta, "¿por qué la violencia?" y respondemos por la separación Yo-otro que confrontan dado un sistema psicosocial que busca ante todo el equilibrio o la satisfacción pulsional. La violencia como valor es aquella que surge como fuerza solidaria de un nosotros con identidad que anhela ser más con todo lo demás.

VIVENCIAR Vivenciar es "vivir con otro" una experiencia única e irrepetible. Manifiesta puro verbo "siendo" sin determinación previa. Lo diferenciamos de percibir y observar que es "vivir por otro" repitiendo de una manera representativa (sustantivo o adjetivo) lo experimentado.

Supone una ampliación de conciencia (que no es hacer consciente lo inconsciente, ni alteración de conciencia) que permite experimentar una realidad cósmica ("semiosis infinita" de Pearce) como unidad viva. Vivenciamos gracias a que suspendemos la realidad dada como disociada en partes, para captar la sobreabundancia de conexiones donde uno está incluido como uno más.

No es una experiencia psíquica, las cuales sólo son capaces de estados de conciencia en un campo de significaciones: de objetos y relaciones (textos). La vivencia es contextual incluyéndonos como parte de un todo donde significamos el contexto dándole un sentido (x). Los contextos son infinitos y acompañan la pulsión vivenciando, pues el hombre que allí se juega esta entero como Sujeto de lo que soy.

Para la vivencia nada tiene un sentido unívoco, por ejemplo el amor del niño por sus padres puede aparecer en varias formas una de las cuales es edípica. Para Freud las pulsiones son unívocas, no viendo que cada pulsión es diferente no por su fuente sino por el contexto creativo donde también se manifiestan. Para el estructuralismo el hombre es vivido (significado) nunca vivenciado pues supone un psiquismo estructurado en un texto que me significa. La vivencia es contextual, indeterminada y expresa la unidad. ¿Cómo transformo lo vivido en conocido? Por un lado haciendo "el corte" sin pretender interpretar lo vivido, sólo interesa representarlo para significarlo como adjetivo y sustantivo dando por sentado que sólo hay texto que descifrar. La otra forma de transformación es la creativa: no hay "corte" y por lo tanto nada que representar, todo esta dándose (x). "Al principio está el verbo" que es in-formado (x) y expresado poéticamente o míticamente. La vivencia es captada por la intuición. Heidegger reemplaza la palabra vivencia por la palabra existencia dando cuenta del hombre arrojado al mundo y encontrar su identidad de persona (ser).

En síntesis, vivenciar es el puro "estar" con "lo otro", conciencia de un nosotros, no de un Yo respecto aun no Yo. Experiencia de una existencia directa de ser parte de un todo.

VOLUNTAD DE VALOR Cuando el ideal no está fantaseado ni objetivado previamente, no puede ser deseado ni consciente, ni inconscientemente. Es un ideal surgido creativamente por la imaginación y la voluntad lo actúa lo mejor posible. Lo mejor posible no es un ideal determinado, surge de un campo de posibilidades inspirado por la ética. (ver "ética").

Ética entendida como respecto del otro, otro con el cual participo de un valor que nos iguala e in-forma iluminando la inteligencia solidaria. Voluntad de valor porque comprendemos y decidimos desde la intimidad la autosuperación. Voluntad que no es indiferente, elige según la fuente impersonal de querer la virtud: lo mejor posible orientado por la ética. De ninguna manera se trata de la voluntad como esfuerzo en el cumplimiento de un deseo o deber, sino de anhelo de ser. (ver "anhelo de ser").