Octavio Fernández Mouján - Psicoanálisis Abierto  
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Teoría Personal

 
 
Psicoanálisis Abierto
El Psicoanálisis está fundamentado por un inconsciente dinámico, determinado por la pulsión y un código lingüístico denominado "cadena de significantes". Entiendo por Psicoanálisis Abierto cuando sus fundamentos metapsicológicos están abiertos a un "inconsciente cultural" indeterminado donde todo es posible. Lo reprimido y oculto dejan de amenazar y generar síntomas para hacernos partícipes de una energía vital que anhela ser más con todos. Lo inconsciente es un misterio que constantemente nos interpela e informa. Llegué a esta modalidad psicoanalítica trabajando con un modelo clínico que hace 18 años denominé crisis vital. Este consiste en dudar de lo pensado y percibido ("suspender el Yo") para alcanzar un campo de Valores, no de objetos identificables. La apuesta fuerte en el campo de la clínica fue superar la angustia de pérdida o de castración. Y tolerar la angustia existencial de vivir sin objetos, sólo participando de valores desde donde anhelamos auto superarnos con los demás. Planteo que la duda existencial nos hace participar de los valores dado que ellos no son apropiables e identificados por el Yo. No son de nadie por eso pertenecen a todos. La teoría de la participación se fue desarrollando a partir de este modelo clínico que transforma las crisis estructurales en vitales. Lo vital no es lo pulsional, es una energía de la que participamos vivencialmente a través del sentimiento de identidad grupal. Digo que nuestra primera identidad no es la del Yo, sino que es un "nosotros".   Este no es un concepto lógico de identidad que relaciona un sujeto a un objeto o predicado, sino un sentimiento de "ser con". Participación solidaria de una realidad dándose desde la cual anhelamos ser más con los demás. Psicoanálisis abierto, crisis vital y teoría de la participación están íntimamente relacionadas y coinciden con los nuevos paradigmas de la ciencia, tanto de la física cuántica como de la cosmología, que sostienen una energía de vida, no restringida a la biología, que se expande permanentemente. También coinciden con una filosofía del ser, más allá de todo fundamento metafísico. No estoy abogando por ningún relativismo, sino por tener en cuenta una realidad no dada, que está más allá de todo determinismo. Por eso el título de mi libro: La creación como cura, donde rescato el campo clínico como un contexto de creación, además de descubrimiento. La participación, en el campo de la psicología clínica, es una manera de vivenciar una identidad grupal, más allá de toda identificación. Sentimiento que nos saca del rol de observador para "devenir en el otro, sin dejar de ser uno". Interpretar es intuir el símbolo vivo que da cuenta del instante vivido. Para que esta intuición sea formulada como hipótesis, integro lo vivido con lo percibido y lo pensado.
Esta es una síntesis del artículo original Psicoanálisis abierto y transferencia en ESCRITOS
Inteligencia Solidaria
1 Los años trabajando en psicología clínica y social, con el modelo de crisis vital y la teoría de la participación, me fueron esclareciendo que la forma de entender la realidad, no pasaba solamente por una inteligencia basada en la observación y la razón, como ordenadores del conocimiento y la acción. Incluimos como importante la "vivencia participativa".

2 En el hombre primitivo, e incluso en los aborígenes que aún existen, la identidad está basada en la participación del grupo comunitario. Desde esa unidad piensan y actúan. La importancia que la única realidad es la dada, desarrolló una forma de entender y formular lo pensado a partir de captar ese orden implícito en la naturaleza.

En filosofía y luego en psicología, llegó a partir de un Sujeto pensante que va ordenando los datos de esa supuesta realidad dada. Sujeto en relación a un objeto de conocimiento, tomó forma de Yo en relación a un objeto con el que se identifique, en el campo de la psicología y la psicología social.
Estamos describiendo que la inteligencia, como forma de entender y formular la realidad, está basada en un sentimiento de identidad del Yo o psicosocial. El cociente intelectual es una medida individual de cómo un sujeto desarrolla su inteligencia.

3 El hombre siempre tuvo que desarrollar su inteligencia, dado el desajuste que existe entre él y la realidad donde habita. Lo importante es como sostenerse ante ese vacío. Fue el sentimiento de identidad el que le permitió calmar esa angustia frente al misterio y lo desconocido.

Pertenecemos a una civilización que basó su identidad en la relación de un Sujeto con los objetos dados, el cual iba ordenando la idea sobre el mundo. Sin embargo el hombre primitivo, el aborigen, el bebé en los primeros meses y cualquiera de nosotros cuando atravesamos una crisis como vital adquirimos una forma de ordenarnos que no es como la de un individuo en relación e identificación, sino participando de una realidad vivida antes que dada. Vivencia de una identidad grupal que da conciencia de "nosotros" antes que "Yo"; forma primera de entender la realidad, no como algo distante que hay que observar e indagar, sino perteneciendo a ella desde la parte. Se pertenece a través del sentimiento de identidad solidario con un grupo o con el ámbito natural donde vivimos.
  4 Nuestra primera identidad marca la forma primaria de entender la realidad, es decir, a través de vivenciar antes que percibir y pensar.

Inteligencia solidaria es aquella que desarrollamos a partir de esta experiencia participativa de una identidad que nos hace ser con todo lo demás. Lo interesante de esta experiencia es que aporta información de una realidad no dada sino dándose, como hoy la definen los físicos de la cuántica y la nueva cosmología. Esta información es captada participando, y por intuición aparece la imagen que va a orientar el pensamiento más racional.Partimos de una realidad no dada que convive con la dada que informa de manera determinada a través del sistema imperante. Esta realidad no dada está indeterminada, por eso la denominamos vital, pues fluye y se transforma según su propia fuerza de autosuperación.

Llegamos a la conclusión de que: existe una realidad dada cuya información se va determinando desde el sistema. Y otra, no dada, cuya in-formación captamos directamente, sin mediación alguna, permitiendo superar el determinismo social y pulsional.

5 Resumiendo: una inteligencia solidaria parte de una realidad viva indeterminada sin orden, pero con fuerza vital transformadora que nutre el anhelo de autosuperación del grupo, sin dejar parte alguna fuera.

No se opone a las inteligencias modernas que parten del Sujeto o Yo pensante sobre una realidad que lo determina.

Más que oponerse la integra, dándoles capacidad creadora y especialmente solidaria: lo que entiende primero es el bien común. No divide para entender, sino que a través del sentimiento de identidad solidario entiende. Luego va tomando distancia para percibir y pensar razonablemente, para actuar dentro de un sistema dado.
Esta es una síntesis del artículo original Inteligencia solidaria en ESCRITOS
Crisis Vital
La palabra crisis viene de la sociología, la psicología social, y se incorpora en la psicología clínica y el psicoanálisis como crisis relacional. Es decir, lo que entra en crisis es una estructura previa, ya sea por cambios en los ciclos de la vida -crisis evolutivas- o por hechos que cambian bruscamente lo establecido -crisis accidentales- o provocadas por nuevas propuestas a lo ya conocido -cambios de paradigma o en las relaciones grupales. Dentro del psicoanálisis se profundiza este concepto con el concepto de duelo, como crisis en las relaciones de objeto que movilizan un trabajo del yo para elaborar lo perdido y orientan la libido hacia nuevos objetos ideales (sublimación). Esta introducción es necesaria para diferenciar términos que, de no hacerlo, estaríamos ante un problema meramente semántico. No sería la primera vez que de esta forma anulemos un pensamiento distinto.
Cuando propuse hace años el término Crisis Vital fue para representar una experiencia clínica diferente a un cambio relacional, consistía en poner en duda toda estructura previa. Para ello era condición necesaria suspender el yo de todo lo pensado y percibido -experiencia límite, indeterminada, donde lo vital aparece como energía posible, no determinada por ningún deseo pulsional o ideal.
  En esta experiencia el terapeuta vive un momento participativo donde su conciencia se amplía de tal manera que le permite constituirse como sujeto abierto a una realidad no acotada, donde todo tiene que ver con todo y en plena expansión, como la vida. Transformar cualquier crisis relacional en vital significa participar -no observar- de un contexto creativo que anhela resolverla con la intuición creativa. De ahí el nombre de uno de mis libros La creación como cura. Entrar en Crisis Vital consiste en dudar de lo establecido liberándose de toda relación objetal para encontrarse en un campo sin formas preestablecidas -la vida como energía fluye haciendo todo posible. De un sistema relacional que da identidad al yo, cuando la crisis es vital, pasamos a un sistema abierto donde coparticipamos de todo a través del sentimiento de identidad grupal. Primero somos nosotros cuando vivenciamos esta experiencia, que como sujeto abierto interpreto la inmediatez de la experiencia a través de un símbolo vivo que exprese la totalidad de lo vivido. El yo resurge de esta experiencia más flexible y protagonista.
Esta es una síntesis del artículo original Inteligencia solidaria en ESCRITOS
Teoría de la Participación
Es el desarrollo teórico que realicé a partir de mis experiencias clínicas de crisis vital. Me di cuenta que si el yo queda suspendido en sus funciones perceptuales, que objetivan, y pensantes, que representan, se queda sin objetos en los cuales poder identificarse. La crisis vital conlleva a vivir por un momento una experiencia no relacional más allá del yo-otro o sujeto-objeto. Así como la experiencia identificatoria nos constituye yo en relación a un otro, esta experiencia vivencial nos constituye como sujetos abiertos a una realidad dándose de la que participamos. Definimos participar como devenir en el otro sin dejar de ser uno y sin que el otro deje de ser otro. Es decir que dos o más nos encontramos en un campo por participación -no por identificación- en el cual, liberados de todo objeto, nos constituimos en sujetos singulares pero con un sentimiento de identidad grupal o cósmica. Cuando me enteré que ante la apertura del átomo las partículas subatómicas forman parte de un campo indeterminado más allá de todo espacio medible por la velocidad que tienen, fue entonces que entendí que esa realidad dándose era análoga a lo que trataba de definir en las crisis vitales.   Lo interesante es que los físicos también, ante este campo, dejaban de observar y se definían como partícipes imposibilitados de calcular con exactitud. Cuando participamos o coparticipamos nuestra conciencia está ampliada, es capaz de vivenciar una realidad sin fronteras, dándose en plena expansión como hoy describen el cosmos los astrofísicos. Incorporar este concepto en la ciencia y en la psicología nos hace sentir partícipes de una misma identidad que, aunque intuimos singularmente, nos responsabilizamos colectivamente, mejor dicho, solidariamenteCuando participamos no nos relacionamos, sino que nos encontramos formando parte de un campo sin fronteras donde vivenciamos la fuerza solidaria de los valores, que por definición no son de nadie, y por eso de todos.
Esta es una síntesis del artículo original Psicoanálisis abierto <y transferencia en ESCRITOS
ver >Diccionario de términos